Son las 7 de la mañana y con sus 53 años encima (literalmente pegados a su espalda) se le hace casi imposible lavarse los dientes.
Cree, desde que tiene 14, que cada cosa que imagina no va a suceder, y cada cosa que promete se va a cumplir irremediablemente. Gracias a esta facultad no ha visto caballos verdes, y a perdido 20 pares de medias en forma de pago por no poder mantener la boca cerrada.
Rememora ahora con regular frecuencia, cuando fue el momento justo en que decidió hacer de esta sucesión de hechos diarios un trabajo sin descanso y sin suficiente paga (aunque se niega a creer en la rutina, hay algo que le perturba de ella). El espejo no miente y los días no pasan en vano.
¿Valió la pena abrirse un día?, le parece un absurdo hoy. Nadie se detuvo ni siquiera una sola tarde a verla, a saborearla a pensarla. Pero le es inevitable pensar que fue lindo el paseo de noche, sus ojos y su noche. Aunque sea producto de su imaginación para variar, nunca había sido tan feliz (los perros ladran, están ladrando tan fuerte, como el silencio que ama).
La FM2 sigue sonando imperturbable, a pesar de la mañana, a pesar de su llanto y de su alegría (sus carcajadas) y la soledad de su cama (que ha podido soportar gracias a su ardilla de peluche y uno que otro ave maría).
Sigue sonando y se da cuenta que ya es tarde para tomar la micro y va recién en el premolar derecho, pero está rica la pasta (la pasta es nueva, es la Pepsodent..... esa Fresh algo).Era tarde, como iba diciendo, para llevarla al lugar dónde le pagarían la hora a $80 que le deben desde Enero.
Le duelen las pantorrillas, a pesar de que el reloj aún no da las 9 en punto.
(...)
Está inconclusa, está pendiente. Como las historias que estamos viviendo a diario la verdad.
A veces
Hace 1 año.